Por Andrés Gallegos
ACTO PRIMERO
(Sala de prensa de una secretaría de gobierno. Al frente, mesa
con mantel verde, dos micrófonos, y los nombres de los funcionarios con errores
tipográficos. Al centro, sillas y mesas,
dispuestas como un salón de clases. En el otro lado del recinto, una bocina
para “los de radio”. Al costado de la bocina, otra mesa, con dos platos, uno de
galletas de chocolate, y otro con bocadillos de jamón y queso derretido,
botellas de agua y latas de refresco. )
(Entra Andrés y saluda a Rogelio, quien sentado con su iPad revisa
su perfil de Facebook. El wi-fi jala lento y eso agrieta el pacífico y
monolítico carácter de Rogelio).
ANDRÉS: (deja su mochila con seis libros que nunca lee para
fortalecer su espalda hasta dejarla como la de un luchador grecorromano) ¿Y
ahora que te tocó de agenda?
ROGELIO: (quitándose los audífonos y parándose de su silla) A las once un evento con
Pablo Lemus, y a la una algo de unos güeyes que protestan quién sabe qué.
ANDRÉS: (viendo con apetito los bocadillos de jamón y queso
derretido) Bien, yo nada más tengo este evento.
ROGELIO: OK… (agarra un vaso de hielo seco para tomar café,
con carácter estoico ante la falta de conversación interesante de su compañero)
¿Qué tal la chamba?
ANDRÉS: Pos allí está
(se frota los ojos, echándose en la cara decenas de boronas del bocadillo
previamente devorado). Ahí vamos, dándole. Tenemos vida, que es lo que importa
(esto último lo dice en sentido filosófico y trágico, como si fuera un Macbeth
recitando “la vida es una sombra que camina, un pobre actor que en escena se
arrebata y contonea y nunca más se le oye…”).
ROGELIO: Chingón, mi Andrés (se sienta a reanudar su
actividad anterior, pero el internet desapareció y le da un manotazo a la
mesa).
(Andrés se zampa tres galletas de chocolate de un jalón, y
aprueba el sabor metiéndose el dedo en los costados del aparato bucal. Saca los
restos de comida y los chupa con gran placer)
(Silencio)
(Se escuchan pasos en la sala de prensa. Llegan los camarógrafos,
compañeros reporteros de prensa escrita, periodistas de la radio que expropian
la grabadora para tomar el mejor audio. Platican de lo mamones que son los de
gobierno negando entrevistas exclusivas, sobre si recogieron acreditaciones de
prensa para cubrir Expo Chiles Secos 2016, y lo soleado y fresco que está el
día)
ANDRÉS: Se está tardando en venir el funcionario
ROGELIO: Que raro, siempre es puntual. (Con dudas en su tono
de voz) La orden de información decía a las diez de la mañana.
ANDRÉS: (Comiendo el último bocadillo que había en el plato)
¿Qué días descansas?
ROGELIO: Ninguno, soy periodista
ANDRÉS: Es cierto. Los periodistas no tenemos días de
descanso. (Divaga) Recuerdo que en el primer día que estudié periodismo, el jefe de carrera nos decía en voz alta, “hatajo de muchachos creídos
y zarrapastrosos, si ustedes creen que vinieron a ser famosos y salir en la
televisión, se equivocaron de carrera. El periodismo no come ni bebe, el
periodismo es sufrimiento, es la sangre de Cristo en la cruz, el encobijado que
encuentran muerto días después, el trabajador que denuncia las injusticias del
desempleo y los sueldos bajos, y al mismo tiempo lo despiden sin previo aviso
por no tener contrato firmado, atrasándole y negándole el salario. Así que su
plan de vida será similar al de los filósofos cínicos de la antigua Grecia, vivir
en un tonel con una escudilla y pedir comida en la calle. Vivirán como los perros
que son, ¿entienden, canallas?”. Luego lo vimos conduciendo una Ford Explorer
del año. Era un hombre muy simpático...
ROGELIO: (Interrumpe la perorata con un tono de esperanza). Espera,
allí viene Lupita la de comunicación.
(Aparece Lupita la de comunicación. Lleva unas hojas en la
mano izquierda y un celular en la mano derecha. Viste de traje sastre, con un
saco gris de tres botones y una falda que le llega a las rodillas. Pelo negro
suelto. Tiene entre 22 y 29 años de edad)
ROGELIO: Seguimos esperando
LUPITA LA DE COMUNICACIÓN: ¿A quién?
ANDRÉS: Al funcionario
ROGELIO: ¿Sabe cuándo vendrá?
LUPITA LA DE COMUNICACIÓN: No me dijo, pero hoy no viene.
ANDRÉS: ¿Pero vendrá mañana?
LUPITA LA DE COMUNICACIÓN: Seguro
ROGELIO: Gracias
(Silencio)
LUPITA LA DE COMUNICACIÓN: Les entrego estas hojitas (pasa
con el resto de compañeros a repartirlas). Saludos, muchachos, buen día (se
va).
(Andrés y Rogelio leen las hojas. Andrés lee en voz alta el
contenido de las mismas)
ANDRÉS: (Leyendo) “Jalisco va muy bien. Es segundo lugar en
generación de empleos formales, con más de 71 mil nuevos empleos en este 2015.
La inversión extranjera directa es de más de mil 900 millones de dólares.
Exportamos berries y limón a Corea, y autopartes a Japón. Somos uno de los
estados que más turismo atrae, principalmente a Guadalajara y Puerto Vallarta. Esta
administración impulsa, como nunca en la historia, el empleo bien pagado y el
bienestar de las familias de Jalisco. El estado avanza, gracias a las buenas
acciones encabezadas por el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz...” (deja
de leer en voz alta y repasa con rapidez el resto del documento).
ROGELIO: Está buena la notilla, ¿de cuánto la vas a hacer?
ANDRÉS: Como de seis mil caracteres, nada más para joder al
editor.
(Silencio. La sala de prensa poco a poco se vacia, hasta
dejar a los dos chiflados solos. Andrés escribe la nota en su celular y Rogelio
en su laptop, pero no la puede enviar porque desconectaron el Internet, y se
frustra otra vez).
ROGELIO: Recuérdame de traer una cuerda para mañana.
ANDRÉS: ¿Para qué?, no hay un árbol aquí para ahorcarse.
ROGELIO: Lo encontraremos. Traeré suficiente cuerda para
ahorcarnos los dos.
ANDRÉS: ¿Valdrá la pena? ¿Y si viene el funcionario?
ROGELIO: No lo sé, nunca he intentado algo tan peligroso
como ahorcarse. Si mañana viene el funcionario, nos salvaremos.
(Silencio)
ANDRÉS: ¿Nos vamos pues?
ROGELIO: Nos vamos
(No se mueven)
ACTO SEGUNDO
(Sala de prensa de una secretaría de gobierno. Al frente,
mesa con mantel verde, dos micrófonos, y los nombres de los funcionarios con
errores tipográficos. Al centro, sillas
y mesas, dispuestas como un salón de clases. En el otro lado del recinto, una
bocina para “los de radio”. Al costado de la bocina, otra mesa, con dos platos,
uno de galletas de chocolate, y otro con bocadillos de jamón y queso derretido,
botellas de agua y latas de refresco. )
(Entra Andrés y saluda a Rogelio, quien sentado con su iPad
revisa su perfil de Facebook. El wi-fi jala lento y eso agrieta el pacífico y
monolítico carácter de Rogelio).
ANDRÉS: (ahora con ocho libros en su mochila, entrena su
espalda para cargar al mundo, como el titán Atlas, o para llevar la piedra a lo
alto de una montaña sin importar que esta se le vuelva a caer, como Sísifo) ¿Y ahora que
te tocó de agenda?
ROGELIO: (quitándose los audífonos y parándose de su silla) A las doce un evento en
el ayuntamiento de Tonalá, y por la tarde el gobernador hará entrega conmemorativa
de botellas de vino y putas para sus secretarios en Casa Jalisco, en un acto protocolario
abierto a los medios
ANDRÉS: (viendo con apetito los bocadillos de jamón y queso
derretido) Bien, yo nada más tengo este evento.
ROGELIO: OK… (toma una botella de agua, porque el café de
ayer le pareció muy malo. La conversación de su compañero sigue siendo aburrida
y estólida) ¿Qué tal la chamba?
ANDRÉS: Pos allí va (también
se apropia de una botella de agua, pero pasa mal el líquido y se moja la ropa
como un niño chiquito). Ahí vamos, dándole (repite esta última palabra con la misma
intensidad filosófica y trágica del gran pensador Don Omar recitando “dale,
don, dale, pa' que se muevan la yale. pa' activar los anormales, y al que se
resbale boster dale, dale”).
ROGELIO: Chingón, mi Andrés (se sienta a reanudar su
actividad anterior. El internet resolvió sus dificultades, jala muy bien y se pone a ver un video de
borrachos en YouTube).
(Andrés se zampa cinco galletas de chocolate de un jalón. Ya
no se saca los restos de comida con el dedo, ahora prefiere hacerlo con la
lengua)
(Silencio)
(Se escuchan pasos en la sala de prensa. Llegan los
camarógrafos, compañeros reporteros de prensa escrita, periodistas de la radio
que expropian la grabadora para tomar el mejor audio. Platican de lo mamones
que son los de gobierno negando entrevistas exclusivas, sobre si recogieron
acreditaciones de prensa para cubrir Expo Peceras 2016, y lo frío y nublado que
está el día)
ANDRÉS: Se está tardando en venir el funcionario
ROGELIO: Que raro, siempre es puntual. (Con dudas en su tono
de voz) La orden de información decía a las diez de la mañana.
ANDRÉS: (Comiendo el último bocadillo que había en el plato)
¿Has tenido alguna vez problemas con ciertos funcionarios, como amenazas,
golpes o que te amedrenten pidiendo que no saques alguna nota?
ROGELIO: Un chingo, soy periodista.
ANDRÉS: Es cierto. Los periodistas no tenemos tranquilidad.
(Divaga) Recuerdo que una vez que iniciaba mis prácticas en una estación de
radio, iba a hacerle una entrevista a un secretario académico de la universidad
donde estudié la carrera de periodismo. Pero este señor, un obeso mórbido, un buscapleitos
con antecedentes pandilleros, como todos los que tienen altos puestos en la
burocracia universitaria, me quitó la grabadora mientras me gritaba “a chingar
a su puta madre, pinche muchacho pendejo, porque no te vas a la verga de aquí,
pendejo, idiota. Tu a mí me la pelas y me chupas los huevos, baboso pendejo,
¿quién te crees?. Lárgate de aquí si no
quieres que te ponga una putiza“. Por alguna razón samaritana, el secretario
académico me dio la grabadora, pero me siguió insultando en voz alta, tanto que
ya estaba de regreso en la estación de radio y todavía escuchaba esas
palabrotas desde lejos. Luego, ya cuando salí de la carrera, me enteré de que eligieron
a ese señor rector de un centro universitario regional, según un comunicado
oficial, “por su egregia y delicada labor en preservar los valores educativos
de la Universidad”. Pero en fin, tienes razón cuando…
ROGELIO: (Interrumpe la perorata con un tono de esperanza).
Espera, allí viene Lupita la de comunicación.
(Aparece Lupita la de comunicación. Lleva unas hojas en la
mano izquierda y un celular en la mano derecha. Viste de traje sastre, con un
saco gris de tres botones y una falda que le llega a las rodillas. Pelo negro
suelto. Tiene entre 22 y 29 años de edad)
ROGELIO: Seguimos esperando
LUPITA LA DE COMUNICACIÓN: ¿A quién?
ANDRÉS: Al funcionario
ROGELIO: ¿Sabe cuándo vendrá?
LUPITA LA DE COMUNICACIÓN: No me dijo, pero hoy no viene.
ANDRÉS: ¿Pero vendrá mañana?
LUPITA LA DE COMUNICACIÓN: Seguro
ROGELIO: Gracias
(Silencio)
LUPITA LA DE COMUNICACIÓN: Les entrego estas hojitas (pasa
con el resto de compañeros a repartirlas). Saludos, muchachos, buen día (se
va).
(Andrés y Rogelio leen las hojas. Andrés lee en voz alta el
contenido de las mismas)
ANDRÉS: (Leyendo) “Jalisco va muy bien. Somos primer lugar
en generación de empleos formales, con más de dos mil millones de nuevos
empleos en este 2015. La inversión extranjera directa es de más de 8 trillones de
dólares. Exportamos robots con conciencia propia y naves espaciales a Corea, y máquinas
de tele transportación a Japón. Somos uno de los estados que más turismo atrae,
recibiendo visitantes en los 125 municipios de la entidad. Esta administración
impulsa, como nunca en la historia, el empleo bien pagado y el bienestar de las
familias de Jalisco. El estado avanza, gracias a las buenas acciones
encabezadas por el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz...” (deja de leer
en voz alta y repasa con rapidez el resto del documento).
ROGELIO: Está buena la notilla, ¿de cuánto la vas a hacer?
ANDRÉS: Haré una novela rusa, tipo “Guerra y Paz” de Tolstoi,
nada más para joder al editor.
(Silencio. La sala de prensa poco a poco se vacia, hasta
dejar a los dos chiflados solos. Andrés escribe la nota en su cuaderno, porque
olvidó su celular en la casa, y Rogelio en su laptop, quien ahora si puede enviar
la nota a tiempo gracias a la buena recepción de Wi-Fi en la sala de prensa).
ROGELIO: Recuérdame de traer una cuerda para mañana.
ANDRÉS: ¿No la trajiste como habías dicho ayer?. Pero no servirá de nada. Ya te
dije que no hay un árbol aquí para ahorcarse.
ROGELIO: Lo encontraremos. Traeré suficiente cuerda para
ahorcarnos los dos.
ANDRÉS: ¿Valdrá la pena? ¿Y si viene el funcionario?
ROGELIO: No lo sé, nunca he intentado algo tan peligroso
como ahorcarse. Si mañana viene el funcionario, nos salvaremos.
(Silencio)
ANDRÉS: ¿Nos vamos pues?
ROGELIO: Nos vamos
(No se mueven)