martes, 26 de enero de 2016

Simplemente Adriana o los matrimonios homosexuales caníbales

Por Andrés Gallegos

En nuestro programa de hoy, titulado 'Los homosexuales se comerán a tus hijos', veremos el daño que ocasionan estos depravados con sus preferencias. Por eso los convocamos a ustedes, madres y padres de familia influenciables y prejuiciosos, a que continúen en las penumbras marchando como borregos detrás de una manifestación excluyente y cavernaria.

La Biblia, la palabra de Dios que nunca se equivoca, contiene innumerables citas que comprueban el daño que los gay le hacen a TÚS hijos. Ya no hablemos de aquel pobre infeliz al que Dios mató por hacerse una chaqueta, o a esa Sodoma de la época de Abraham consumida por las llamas divinas. Desde Moisés hasta San Pablo, encontramos casos de canibalismo contra los niños, esas bellas criaturas del Señor. E incluso ahora, en un mundo atacado por plagas como la educación laica y los derechos humanos, esos enfermos insisten en comerse a toda la infancia, pero su sed de sangre y vísceras solo puede ser aplacada por la infinita ira divina.

Dígame señora, dígame señor que nos está escuchando, ¿qué haría usted si un día algún matrimonio homosexual secuestra a tu niño para cocinarlo a las brasas y salpimentarlo para darle un mejor sabor?, ¿que un día, saliendo de la escuela, una pareja de marimachas droguen a tu criatura para devorar sus sesos en un rico caldo, y guarden el resto del cuerpo en el congelador?. Los gay no pueden tener hijos primero para sacrificarlos al fogón después, porque el canibalismo está para que lo ejerzan los padres irresponsables que los abandonan en la calle, las empresas que los usan como mano de obra barata, o la pobreza que los arrincona a marchitarse de hambre viviendo de limosnas.

Por eso es que los homosexuales no deben casarse ni tener hijos, luego falta que pidan hogar, educación y asistencia médica los muy desgraciados. Ningún cristiano o hijo de Dios debe amar a sus enemigos o al prójimo como a sí mismo, porque todos sabemos que Jesús era un hippie mugroso con ideas comunistas. Por eso hay que marchar, radioescuchas, para inculcar la intolerancia y entrometernos en la vida pública de los demás con nuestras frustraciones, para obligar a los demás a pensar legalmente como nosotros, a dominar los cuerpos y las vidas sexuales de los demás. ¿Porque tener cariño por esos cocineros de niños, para que después te digan en tu cara lo deliciosos que saben?

Los matrimonios del mismo sexo atentan contra nuestro modo de vivir. ¿No lo entienden, caníbales?. Queremos familias disfuncionales, donde el padre golpeé a su mujer y maleduque a sus hijos, donde lo mejor sea traer niños para abandonarlos a merced de las miserias de la creación, donde las mujeres se embaracen jóvenes y sean juzgadas como putas por la ropa que visten, donde nuestros santos curas puedan tener sexo con niños sin ninguna restricción, donde podamos curar a los gay una enfermedad que no tienen, donde el sexo se prohíba para que después esta pulsión se degenere mediante otras vías. Todo eso nos pertenece, y debe compartirse entre un hombre y una mujer

Doy gracias al Señor por otro inspirado programa de pensamiento positivo y desarrollo humano. El amor de Dios es tan grande que no me cabe en el cuerpo.

ADDENDUM
Comentarios sobre familia, matrimonio homosexual y los niños benditos

Existen diversos tipos de familias en el mundo, el modelo de familia que toma la iglesia católica (madre, padre e hijos) es solo una de muchas existentes. Además, este modelo tradicional se ha ido socavando por diversos fenómenos, como un creciente número de divorcios y otros tipos de familia como la monoparental o la unión libre, que por lo general no son bien vistas por la Iglesia. Ya ni hablemos de otras prácticas familiares como la poligamia en Asia o las familias extensas rurales en países como India. Así que hay más tipos de familia de lo que se cree, y no lo que defina la visión restringida de la iglesia católica.

Yo prefiero utilizar un concepto moderno de familia, que incluya a las familias de elección o de afinidad, donde entrarían los matrimonios homosexuales. Prefiero usar el término del sociólogo Christopher Carrington, que define la familia como "personas que se aman y cuidan". En los matrimonios gay, aunque los hijos no sean "de sangre" o no se tengan hijos, se desarrollan actividades similares que en una familia "normal", como planificar labores de alimentación, cuidado de parientes, tareas domésticas, etcétera. Incluso, resulta irónico que cada vez más gays quieran formar una familia con dos padres o dos madres e hijos, en una etapa donde este tipo de organización declina.

Sectores conservadores de la Iglesia se ponen una venda en los ojos y se aferran a sus estructuras de pensamiento tradicionales cuando la realidad marca cambios que hay que entender y no anatemizar. Manuel Castells muestra en "El poder de la identidad" que en Estados Unidos el 25% de los niños no vivían con sus dos progenitores en 1990, de un 13% en 1960. Apenas la mitad de los hijos viven con sus dos padres biológicos, ya sea que vivan con solo uno o con algún padrastro o madrastra. En México ocurren fenómenos que contravienen la familia tradicional católica pero que son visibles, como los hijos ilegítimos o bastardos y el aumento de divorcios, de casi 20 por ciento entre 2000 y 2011 según el INEGI.

Por último, yo creo que los niños, al saber si tienen dos papás en vez de una mamá y un papá, les pasará lo mismo que a aquellos niños con padres divorciados, con el padre o la madre ausentes, o los que directamente no tienen papás y viven con los tíos o los abuelos, un enfrentamiento con el status quo que considera normal vivir con una familia conformada por un hombre y una mujer. "Defender la familia" también es defender todos los tipos de familia, incluso las de las llamadas "minorías", porque un gobierno democrático hace leyes para protegerlas o si no abusaría de su poder. Y "defender los derechos de los niños" es una actividad mucho más profunda que evitarles el contacto con los "perversos homosexuales come niños", tan capaces de criar hijos como un matrimonio heterosexual. No existe ninguna evidencia científica que los matrimonios homosexuales dañen o perturben a sus criaturas por el simple hecho de tener esta preferencia sexual. Si tienen evidencias no religiosas al respecto, muéstrenlas.

Respecto al aborto, es un tema más complejo. Pero me gustaría tocar el tema de los abortos indirectos. La iglesia católica más cavernaria, la que piensa que hasta una "Manuela" es un asesinato de millones de seres humanos y un condón es un instrumento del demonio, no mide con la misma vara estos casos donde la madre "mata a su hijo" pero de forma indirecta. Marvin Harris lo explica mejor en "Nuestra Especie".

"Debido a los peligros que afrontan las madres para practicar el aborto en las sociedades preindustriales, las mujeres prefieren muchas veces destruir al recién nacido que al feto". Harris refiere como métodos indirectos, "dejarlo morir de hambre lentamente, descuidarlos física y psicológicamente, y permitir que ocurran 'accidentes' ". Se le adjudican a esos niños no queridos signos de fatalidad y su muerte se recibe con cierto alivio, tildando el fallecimiento como "voluntad de Dios" o una llamada al cielo para convertirse en un "angelito". La explicación de este fenómeno viene acompañada con datos empíricos. ¿Esto es un atentado contra la vida también?.

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